PREPARA LA TIERRA
Lee Lucas 8:19-21.
Escucha lo que Jesús te está diciendo de nuevo. Repite el mismo punto. Algo que se repite es importante
Hoy, tranquilamente, tiernamente, sin temor, pregúntate a ti mismo: "¿Cómo estoy respondiendo a la palabra de Dios? ¿Estoy simplemente de acuerdo o la estoy obedeciendo realmente?
Hace poco fui testigo de cómo unos antiguos amigos llegaron a darse cuenta de que estaban oyendo la palabra de Dios, y creyéndola, pero no haciéndola de verdad.
Pensaban que estaban siguiendo a Jesús. Todos los que estaban alrededor también pensaban lo mismo, pero después de un análisis más cercano, descubrieron que no era así. Lloraron con amargura por todos esos años del pasado, por las oportunidades perdías, y por el impacto de su desobediencia para los miembros de su familia y sus hijos. Descubrieron que habían estado intentando seguir a Jesús sin morir completamente a si mismos. Nadie tiene la habilidad de seguir a Jesús si no le sigue con una rendición incondicional.
"Mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la palabra de Dios y la hacen". Hay una conexión inseparable entre amor y obediencia. Puedes estar distraído, cabeceando de sueño, o tan desafiado por las circunstancias que no puedes enfocarte en la palabra de Dios y tomarla seriamente. Puede que te estés dando excusas a ti mismo. Pero las palabras de Jesús son muy claras:
Lucas 14:26
"Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre y madre, a su mujer e hijos, a sus hermanos y hermanas, y aun hasta su propia vida, no puede ser mi discípulo".
Lucas 14:33
"Así pues, cualquiera de vosotros que no renuncie a todas sus posesiones, no puede ser mi discípulo".
Por doloroso que sea, pregúntate esto: "¿Estoy simplemente de acuerdo con la palabra de Dios o la estoy obedeciendo de verdad?".
Es mejor llorar ahora que hacerlo después. Pídele al Señor que te ayude, a ti, pecador, con su misericordia. Confiesa tu apatía, tu miedo y tu falta de fe. Pídele gracia para rendirle todo. ¿Qué significa esto? ¿Perder el control? ¿Un posible fallo? ¿Pérdida de uno mismo? ¿Admitir que las cosas no son lo que parecen?
"Oh, Señor, ayúdame a ver que tu no quieres quitarme cosas, sino darme una vida abundante. ¡Quieres darme a ti mismo!".
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day/6
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